viernes, 12 de junio de 2009

Una puerta, una llave


Ls época en la que el simple saludo del vecino alimentaba su alma gastada. Una época en la que la que el viento le soplaba su aire caliente.

Ni había opción, no había de otra. La ayuda escasa, no estaba ella, el, ellos. Pequena era para entender que existían otras alternativas.

Aquél anciano dormido en su propia cama le entregó la llave, una llave aparentemente de oro. Que más da? La tomó hasta hacerse presa de aquellos juegos en el que el más maldito era el ganador. No era difícil, habían niveles, cada vez pasaba a otro nivel.

Pero que pasaba allá afuera? no que esta es la solución? Por qué ahora era peor vista? y el amargo de su boca y mirada aumentaba? quizás se equivoco de llave.

Crecía con la marca de él, un ángel que con su mirada te convencía a tomar cada examen para pasar a su activo juego.

Cada vez aumentaban las pesadillas, que no eran más que pruebas.

Llegó el día en el que en su suelo, frente a ella había una linea roja horizontal como las de "espera tu turno". Era la puerta para pasar al último nivel, la puerta de: te vendes o no? A ella nunca le gustó tener duenos, nisiquiera sus parientes.

La pequena siempre fue muy pensativa, pues detestaba equivocarse. Solo pensó lo que millones de seres nunca pensaron: "en verdad esto me ayudará?" quizás si muchos alguna vez hubiesen pensado en esa pregunta estaríamos mas librados de tanto mal. Ella dió un paso atrás, giró, y corrió hasta encontrar alguna luz, fuera de aquella oscuridad. Corrió horas, días y puros suenos hasta darse cuenta que su lugar ya era la sombra. Su vida no pudo volver a ser igual.

12/06/09

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