martes, 20 de enero de 2009

La gran partida


Profunda fue aquella partida, una partida en el que descendías mis escaleras y decías adiós, la partida en la que dijiste, sólo t pido que te cuides... Para qué me dices eso? si t olvidarías enseguida de que existo.?

Solo quedó observarte por mi balcón... Mientras abrías la puerta de tu auto... Solo alzaste la mirada, levantaste tu mano y dijiste Adiós.

Solo me quedó llorar debido a la gran decisión que había tomado... En realidad lloraba por el miedo a equivocarme, y así fue. Pero hoy ya superé aquella señal, la tímida señal de tu mano con movimientos lentos parabólicos y el cierre de tu mano, la convertiste en un puño, el puño del dolor que sentías... Pero ya no había remedio, era mi decisión... Quizá mi torpe decisión.

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